¿Quién no ha probado un brownie? Siendo francos, el chocolate es el dulce predilecto de la mayoría de la gente, una delicia que puede ser degustada en muchas y muy variadas presentaciones: en tablilla, en galletas, en pan, en bebidas, en helado incluso untado, y claro, existen postres especiales que lo llevan como protagonista deleitando los paladares de aquellos amantes del chocolate; uno de ellos son los famosos brownies, esos pastelitos con forma cuadrada que presentan una superficie firme y seca que oculta bajo ella un suave y húmedo panqué ¡que se deshace en la boca al saborear! Suena delicioso ¿no? Pues bien, pese a ser un postre sumamente demandado y conocido, pocas son las personas que conocen su origen, ¿te animas a conocerlo? ¡Continúa leyendo!.
La historia culinaria sugiere que la invención del brownie fue nada más y nada menos que un accidente, cuando un cocinero de la alta repostería preparaba un delicioso pastel de chocolate para el postre de la comida de un restaurante y graciosamente olvidó añadir la levadura a la receta. Es necesario recordar que es el agente leudante, en cualquier receta de pan, el que logra que este esponje, como la levadura o el polvo para hornear. Cuando aquel artista culinario cometió el descuido de omitir este ingrediente, el resultado que obtuvo fue un bizcocho sin mucha altura, con una corteza firme y un interior denso y húmedo; aterrado ante tal producto, el cocinero supo que había arruinado la receta, sin embargo no fue capaz de desechar su accidental creación puesto que había invertido sus mejores ingredientes, incluyendo un chocolate de suma calidad, en ella, por lo que decidió presentarla como un petit four* y servirla a los comensales quienes quedaron fascinados con el sabor y la textura de los bocadillos.
«Brownie», literalmente, significa «marroncito» que hace referencia al tamaño minúsculo del postre y su profundo y denso color producto del chocolate oscuro; por esa razón no se le puede llamar de este modo a aquella preparación que, aunque sea similar, use chocolate blanco en su lugar, estos últimos son ya popularmente conocidos como «blondies» o «güeritos».
Asimismo, pese a que la receta original del postre en cuestión incluía nueces y no llevaba ningún tipo de cobertura, hoy en día existen ya tantas variaciones como gustos en la gente; desde brownies con frambuesas o arándanos, hasta la inclusión de las populares galletas «Oreo» e incluso queso crema; también suele darse una variación en sus ingredientes base, pues algunas recetas prefieren utilizar cocoa en polvo en contraste con otras que hacen uso de chocolate macizo, algunas recetas emplean mantequilla derretida en lugar de otras que añaden aceite como materia grasa, todo es cuestión de gustos y de probar distintos métodos e ingredientes para llegar al resultado final ideal para ti; por lo mientras, para comenzar en este viaje culinario de repostería de chocolate, te dejo esta receta básica para preparar unos brownies sencillos pero sumamente deliciosos, ¡pruébala! ¡Seguro te encantará!.
Ingredientes:
– 250 gramos de mantequilla sin sal
– 125 gramos de harina
– 225 gramos de azúcar
– 150 gramos de chocolate para fundir
– 4 Huevos L
– 5 gramos de canela molida
– 1 cucharada de esencia de vainilla
Preparación:
Lo primero que tenemos que hacer es fundir el chocolate en una pequeña olla a fuego lento.
Una vez esté casi fundido del todo, añadimos la mantequilla cortada en dados, y derretimos junto con el chocolate, hasta que formen una mezcla perfecta. Apartamos este recipiente para volver a usarlo después.
En otro recipiente vamos a batir los huevos, añadiendo posteriormente el azúcar y la vainilla y removiendo con la ayuda de unas varillas manuales o una batidora, hasta que se forme una pasta blanquecina, con el azúcar bien integrado. Vertemos el contenido de este recipiente en el primero, y volvemos a mezclar bien con las varillas
Vamos a precalentar el horno a 180ºC para que alcance esa temperatura antes de meter el molde para el Brownie.
Vertemos la masa en el molde elegido, que metemos después en el horno durante unos 25-30 minutos. Antes de que finalice ese tiempo te recomiendo pinchar el Brownie y comprobar que el interior está bien horneado. Un buen Brownie debe estar bien hecho por fuera y algo menos por dentro, para que tenga esa textura tan característica del mismo.
Una vez esté en su punto, lo dejamos enfriar y desmoldamos. Y ya podemos disfrutar de nuestro Brownie casero, bien tal cual o bien si queréis junto con un poco de chocolate líquido o helado de vainilla.
*Petit Four: en repostería, son bocadillos dulces que se sirven en piezas pequeñas y se pueden tomar con las manos.
Redacción:
Olii de Regules