Nuestra Solariega Llamada Sociedad: Un Análisis de Rebelión en la Granja

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Si lográramos, digamos, derrocar al gobierno e imponernos como pueblo, ¿cuántas posibilidades habría de que nosotros mismos no volvamos a repetir el ciclo, a convertirnos en ellos? Esto es lo que, a modo de sátira y con una gran carga de ironía, George Orwell nos presenta en su libro “Rebelión en la Granja”, publicado en 1945.

En la historia leemos cómo inicialmente buscan los animales de la Granja Solariega su propia autonomía al librarse del control humano. ¿Por qué ser dominados por un hombre con conceptos de superioridad? Logran su objetivo y entonces crean siete mandamientos. Se muestra una sociedad que logra su meta, que es feliz, pero ¿lo es? Y si es así, ¿por cuánto tiempo? Evidentemente no por mucho.

Poco a poco se presentan aquellos napoleónicos personajes que buscarán imponerse ante los demás y las situaciones forzarán a rompimientos de la moral, así como a la modificación de las mismas normas que se habían planteado. De repente ya se podía beber alcohol, pero no excesivamente; se podía dormir en una cama, pero no con sábanas; no se matará al prójimo a menos que haya motivo para hacerlo. El animal quiso ser librarse del hombre y al hacerlo se convirtió en él.

Es gracioso, aunque al mismo tiempo triste, el concepto de la historia pues el humano encaja perfectamente en este como sociedad e individuo. El libro es una analogía sobre la corrupción como círculo vicioso así como de la decadencia del valor en pro de la conveniencia de uno mismo.

Rebelión en la Granja” nos enseña a través de la sátira que la unión hace la fuerza, que nada es imposible y que con esfuerzo todo se logra, incluso derribar a la más grande de las montañas. No obstante, al mismo tiempo da cátedra de cómo esa misma unión corrompe la fuerza y paradójicamente convierte lo posible en lo imposible pues es esa misma corrupción la que se convertirá en el inicio de un vicioso círculo. Nos enseña de igual forma que al derribar la montaña, no tardaremos en crear otra que la reemplace, nos demuestra que hombre y animal, mas que diferencias, comparten parecidos.

Somos humanos y somos conscientes. Vivimos en esa compleja granja llamada sociedad, domesticados. Cuidado con volvernos salvajes que sólo nos volveremos a domar y reforzaremos la correa. Es el sistema en nuestro ciclo y según se vea, puede representar nuestra salvación, o nuestra perdición. Depende de quién sea nuestro Napoleón.

Redacción: Brandon Camacho.

Fotografía: George Orwell durante la época en que tra